La enigmática isla de Hashima en Japón ha sido motivo de interés para muchas personas por la trayectoria histórica que ha tenido ese lugar. Entérate aquí de los pormenores de su historia y por qué ha llamado la atención del mundo entero.

Isla de Hashima

¿Dónde se encuentra la isla de Hashima?

La isla de Hashima es una de las islas pertenecientes a Nagasaki al sur de Japón, que es hoy un territorio abandonado y misterioso.

Su nombre proviene del término japonés 端島, que significa “isla fronteriza” y en muchas ocasiones también referida como Gunkanjima, que se traduce por “isla del acorazado”.

Dicho apodo se debe a las características de protección que se implementaron en la isla, haciendo que su silueta se asemeje a la de un buque de guerra.

Esto es debido a que se construyeron enormes murallas con bloques de hormigón armado, que rodean a toda la isla, erigidas con el fin de protegerla de los fuertes oleajes y los tifones de la zona.

Esta pequeña isla está situada a 5 km de la costa al suroeste de la localidad de Takashima, que es parte de la prefectura de Nagasaki. En Isla de Poveglia conocerás una historia similar.

Hashima es una de las 500 islas deshabitadas que existen hoy en esta región costera y, por la falta de gente y el abandono total de sus instalaciones, esta ínsula es llamada en la actualidad “isla fantasma” de Japón.

Isla de Hashima

La isla de Hashima o Gunkanjima fue un reconocido centro minero de carbón por mucho tiempo, el cual tuvo gran apogeo a finales de la década de 1950.

Funcionó como una auténtica ciudadela industrial entre los años 1887 y 1974.

Para ese entonces, la población de Hashima era de unos 5.200 habitantes, aproximadamente, y, en ese momento, se encontraba entre los lugares más densamente poblados de la Tierra.

Las estimaciones sobre el tamaño de la isla varían, desde unos 5 a 6,5 hectáreas. Te recomendamos la lectura de Casa maldita de Amityville donde aprenderás sobre otro sitio interesante.

Fue comprada y desarrollada por la Compañía Minera Mitsubishi en 1890, pero en 1974 fue abandonada cerrando todas las actividades que allí se llevaban a cabo.

Isla de Hashima

Historia

La isla se utilizó para la extracción submarina de carbón desde 1887 hasta 1974, cuando fue deshabitada.

Originalmente tenía 120 m de ancho y 320 m de largo, sin embargo, debido seis rellenos diferentes de sobrecarga que se llevaron a cabo a partir de 1897, alcanzó sus dimensiones actuales con una anchura de 160 m, una longitud de 480 m y una longitud de la línea de costa de 1,2 km.

La isla, por un tiempo, se convirtió en un lugar de explotación minera desde que se descubrieran los primeros filones de carbón.

El apogeo de la minería en la isla comenzó alrededor de 1916 bajo la dirección de la corporación Mitsubishi, que entonces era uno de los grandes conglomerados empresariales en la industria minera y naviera, que hoy en día es una empresa automotriz.

En esa época se construyó allí el primer edificio residencial de hormigón armado de varios pisos de Japón, que luego fue seguido por otros tantos, en los que se llegó a albergar hasta 5.259 trabajadores y familiares en su suelo.

Isla de Hashima

Debido a la limitada superficie disponible de la isla, solo pudo crecer a lo alto, convirtiéndola en un lugar claustrofóbico y lleno de pasarelas, donde no se llegaba a distinguir bien si era de día o de noche.

Durante la Segunda Guerra Mundial, se produjo la mayor actividad y el mayor sufrimiento para la isla cuando la explotación minera de Hashima fue clave en el abastecimiento de carbón para poder mantener los costos energéticos de la guerra.

Así también, como los hombres jóvenes japoneses estaban en el frente, el gobierno japonés tuvo que buscar mano de obra de trabajadores foráneos, quienes, generalmente, eran prisioneros de guerra traídos de China y civiles coreanos reclutados.

Sin embargo, las inhumanas y terribles condiciones laborales hicieron que la isla se convirtiera en un campo de trabajos forzados más que en una explotación minera. Ello ocasionó unas 1.300 muertes.

Isla de Hashima

En 1959, tenía una de las mayores densidades de población jamás registradas en el mundo por km².

Cuando, en la década de 1960, el petróleo comenzó a sustituir al carbón en Japón, se comenzaron a cerrar las minas en todo el país, y las de Hashima no fueron la excepción.

En vista de las reformas energéticas adoptadas, Mitsubishi cerró oficialmente las minas en enero de 1974, y la isla fue deshabitada el 20 de abril.

Con la excepción de un equipo de desmantelamiento, todos los residentes se quedaron sin trabajo en el lugar y, en consecuencia, tuvieron que abandonar de inmediato la isla.

El último barco zarpó de la isla específicamente el 20 de abril de 1974, quedando en el lugar, no sólo los edificios y la maquinaria, sino también muchas pertenencias personales, como muebles, juguetes o aparatos electrónicos de entretenimiento, cuyo valor equivalente no justificaba el costoso traslado.

Isla de Hashima

Orígenes

Los historiadores señalan que los orígenes de la isla de Hashima se remontan a 1810 cuando se descubre por primera vez carbón en la isla.

El emprendedor Koyama Hideuji, oriundo de las islas Amakusa, Japón, fue el primero en iniciar la producción de carbón en 1870.

Sin embargo, no fue sino hasta 1890, con la adquisición del negocio por parte de Mitsubishi, que la zona tomó auge y comenzó a surgir como una comunidad de prosperidad que se mantuvo por 84 años hasta que cesó la actividad a principios de 1974.

Para abril de ese año la gran mayoría de los habitantes habían salido de la isla, dejando un paraje en el que solo el clima y otros fenómenos naturales han ido modificando la apariencia de la isla.

Producción de la mina

Cuando se descubrió la veta de carbón por primera vez en el fondo marino de la isla en torno a 1810, progresivamente la isla comenzó a atraer las atención de emprendedores y trabajadores por doquier junto con la maquinaria requerida para su explotación.

Se trataba de un carbón de coque pesado de mayor calidad que el que se extraía generalmente en Japón. La explotación comenzó en serio hacia 1870.

En 1883, la isla era propiedad de Sonrokuro Nabeshima, el señor feudal del Dominio Nabeshima, que había trabajado para modernizar las operaciones.

En 1890, fue adquirida por Mitsubishi Materials Corporation, que tenía operaciones en las minas de carbón de Takashima, cerca de Hashima.

Isla de Hashima

El precio de compra fue de 100.000 yenes, el equivalente a 2.000 millones de yenes en la economía actual.

Tan pronto Mitsubishi Goshi Kaisha concretó la adquisición, se generó un gran incremento en la extracción del carbón de las minas submarinas, que duró los 84 años que fue regentada por esta empresa.

Desde 1887 hasta 1974, la isla de Hashima fue habitada de forma continua, siendo equipada con instalaciones apropiadas para la extracción de carbón del fondo marino.

A la par de construyeron potentes diques y se recuperaba terreno, triplicando así el tamaño de la isla.

Se construyeron cuatro pozos mineros principales, que alcanzaban hasta un kilómetro de profundidad, uno de los cuales la conectaba con una isla vecina.

La empresa extraía 410.000 toneladas de carbón al año y se estima que entre 1891 y 1974 se excavaron unos 15,7 millones de toneladas de carbón en minas con temperaturas de 30 °C y una humedad del 95%.

Isla de Hashima

Construcción de la ciudad

Junto con la expansión de la producción en la mina de carbón de Hashima, e incluso con un espacio limitado, las condiciones de vida siempre se estaban mejorando.

La isla de Hashima se convirtió en el hogar de una amplia gama de instalaciones e implementos más allá de las relacionadas con las operaciones de la mina de carbón.

Asimismo, sus habitantes oriundos de distintos lugares poblaron el lugar, donde no solo encontraron trabajo, sino también alojamiento.

Así, cada trabajador disponía de una vivienda de unos 9,9 metros cuadrados, y el doble para los casados con familia.

Los aseos, los cuartos de baño y las cocinas se utilizaban de forma comunitaria.

La infraestructura se ampliaba continuamente, en muchos casos bajo tierra debido al espacio limitado.

Además de sus viviendas, los residentes disponían de muchas otras instalaciones que mejoraban su calidad de vida, tales como un jardín de infancia, escuelas primarias y secundarias, hospitales, un cine, un gimnasio, una piscina, restaurantes, una bolera, peluquerías, veinticinco tiendas, salas de Pachinko, con diversas máquinas tragamonedas o tragaperras, en el que los mineros se relajaban tras arduos turnos bajo tierra.

Igualmente había salones con el juego de mesa Mahjong, bares y un burdel; sólo faltaba un sistema de enterramiento.

La isla tenía casi todo disponible al igual que las ciudades del continente. Debido al aislamiento de la zona, hubo una gran demanda de productos electrónicos en los 50 y los 60. En aquella época, este hecho hizo que Hashima fuera una de las partes de Japón con mayor número de televisiones y radios.

Además de los edificios residenciales y administrativos, había templos y santuarios, una comisaría de policía, una oficina de correos y una planta de tratamiento de aguas residuales.

La electricidad y el agua llegaban a través de líneas submarinas desde la isla principal, y los residentes cultivaban verduras, té o hierbas en los huertos de los tejados.

Además, había muchos eventos en la isla. Los residentes disfrutaban de los festivales de verano y del Primero de Mayo, así como de las actividades recreativas, tanto dentro como fuera de la isla, organizadas por los propios residentes.

El Festival Yamagami, que se celebraba el 3 de abril de cada año, era también un gran acontecimiento.

El santuario de Hashima era el hogar del dios de la montaña y en este lugar los empleados y sus familias rezaban por su seguridad.

En los días del festival, toda la isla se entusiasmaba con la gran variedad de eventos que tenían lugar y además los santuarios portátiles bendecidos por el sacerdote del Santuario de Hashima eran paseados por las calles por los residentes.

Cierre de la mina

Durante la restauración y el período final entre 1964 y 1974, debido al cambio de la política energética del gobierno del carbón al petróleo, Mitsubishi Mining despidió y reasignó a los empleados y la población de la isla también disminuyó.

Sin embargo, mientras otras minas de carbón cerraban una tras otra, la mina de carbón de Hashima aumentó significativamente la producción a pesar de la disminución de la población, gracias a la mecanización a gran escala de la extracción en nuevas vetas de carbón.

La producción siguió siendo de 300.000 toneladas anuales, pero debido a que se redujo la demanda de carbón, en 1974 se anunció el cierre de la mina de Hashima.

Años más tarde, en 2001, Mitsubishi Materials Corporation oficializó la cesión voluntariamente de la isla a la ciudad de Takashima, la cual fue posteriormente, en 2003, incorporada a la prefectura de Nagasaki, tras lo cual el alcalde lanzó una petición para registrarla como Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.

 

A tal respecto, se formó un comité y se registró como organización sin fines de lucro o NPO, por sus siglas en inglés, en 2003 con el nombre de Gunkanjima o Sekai Isan ni suru con el lema “Hagamos de Gunkanjima un sitio del Patrimonio Mundial”.

En 2005, una fusión entre la ciudad de Nagasaki y la de Takashima colocó a la isla de Hashima bajo el control administrativo de la ciudad de Nagasaki.

Hashima en la actualidad

La zona, que solía ser un sector de prosperidad minera, está hoy en día completamente deshabitada.

Las ruinas de los edificios en los que vivían y trabajaban los antiguos habitantes de la isla, le dan a Hashima un aspecto gris, triste y lúgubre, razón por la cual incluso los japoneses se refieran a ella como “isla fantasma”.

En noviembre de 2006, las minas de carbón de Hashima fueron incluidas en la lista de candidatos a patrimonio mundial de Kyūshū/Yamaguchi no Kindaika Sangyō Isangun, que significa “Patrimonio industrial de la modernización en Kyūshū/Yamaguchi“, a partir de una propuesta de los gobernadores de Kyūshū.

En 2008, Gunkanjima comenzó a ser abierta al público en general y, al año siguiente, se propuso que la isla fuera reconocida como Sitio de la Revolución Industrial Meiji de Japón.

Se ha instalado un sendero turístico seguro y desde abril de 2009, Hashima está abierta a los turistas por primera vez en 35 años.

Específicamente en septiembre de 2008, la Agencia Nacional de Asuntos Culturales presentó a la UNESCO cinco elementos considerados como aptos para ser reconocidos por esta institución. Entre estos elementos se encontraba Hashima.

Finalmente, en 2015, fue incluida en la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO como parte de los “Sitios de la Revolución Industrial Meiji de Japón”.

Esto ha aumentado su popularidad como destino turístico. Así que, incluso después del cierre, la isla de Gunkanjima ha seguido siendo una parte importante de la historia industrial de Japón.

La isla sirve ahora como recordatorio de la gente trabajadora que apoyó el crecimiento de Mitsubishi y la modernización de Japón.

En la actualidad, sus características más notables son los edificios residenciales de apartamentos de hormigón, así como los fabriles, abandonados, pero aún intactos en su mayor parte.

Del mismo modo se encuentran el dique que la rodea y su distintiva forma de perfil, aunque expuesto al deterioro.

El aspecto de estas edificaciones dejan al espectador con la impresión de una zona restringida evacuada por una hecatombe, como los alrededores de Chernóbil y Prypyat, o un antiguo teatro de guerra u otros escenarios de catástrofe.

La isla ha estado bajo la administración de la ciudad de Nagasaki desde la fusión con la antigua ciudad de Takashima en 2005.

Para muchos japoneses, se considera un monumento a la industrialización despiadada y a la explotación del hombre y la naturaleza, también, en vista de su infame función, como campo de trabajo temporal.

Sin embargo, los grafitis, las chimeneas, la basura y otros restos humanos demuestran que la isla, también conocida como “isla fantasma” en la jerga local, cautivó sobre todo a los jóvenes.

Desde entonces, la ciudad de Nagasaki ha descubierto el potencial turístico de Hashima y ofrece regularmente excursiones en barco por ella.

¿Cómo se accedía a la isla de Hashima?

Cuando la gente vivía en Hashima, la línea de ferry Nomo Shosen daba servicio de traslado desde el puerto de Nagasaki vía la isla de Iōjima y la isla de Takashima.

En 1970 había doce servicios de ida y vuelta al día. Se tardaba 50 minutos en viajar desde la isla hasta Nagasaki. Después de que todos los residentes abandonaran la isla, esta ruta directa se interrumpió.

Desde que en abril de 2009 se reabrió la isla a las visitas del público, se han implementado programas de tours para conocer Hashima, aunque existen ciertas restricciones según la ordenanza emanada de la ciudad de Nagasaki.

Visitas a la isla de Hashima

En 2015 Gunkanjima se hizo mundialmente famosa cuando fue incluida en la lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO como parte de los “Sitios de la Revolución Industrial Meiji de Japón: La siderurgia, la construcción naval y la minería del carbón”.

Es por ello que la isla recibe cada día a decenas de turistas que viajan en algunas de las embarcaciones de las cuatro empresas que cuentan con autorización para entrar en la zona.

La duración de la visita está restringida a solo una hora y durante la misma solo se permite el ingreso a tres áreas de observación, que están lejos de las viviendas que solían tener los mineros y sus familiares.

Los edificios de apartamentos números 30 y 31 son los únicos que los visitantes pueden contemplar, pero sin poder entrar en ellos.

Las aves que sobrevuelan la zona y el zumbido de las olas chocando contra el enorme dique que rodea a la isla son los sonidos más comunes del lugar que en su momento fue una zona industrial próspera.

Las ruinas de la oficina central, con sus ladrillos naranja, o la entrada al segundo túnel de la mina son otras de las instalaciones que aún se pueden apreciar con detalle en la isla.

Los viajes turísticos en barco alrededor de la isla o hacia ella los ofrecen actualmente cinco operadores: Gunkanjima Concierge, Gunkanjima Cruise Co., Ltd., Yamasa-Kaiun y Takashima Kaijou desde el puerto de Nagasaki, y un servicio privado desde la península de Nomozaki.

Películas sobre la isla de Hashima

La emblemática isla ha sido inspiración y escenario de muchas filmaciones que han llamado la atención de infinidad de espectadores.

En Hashima se rodó en 1949 el filme “La isla sin verde” de Midori Nakashima. También se rodaron allí algunas escenas de la película Battle Royale en 2000.

Hashima sirvió de inspiración en la película de 2011 James Bond 007, Skyfall, pero no como lugar de rodaje de la ficticia isla desierta, donde el villano Raoul Silva, interpretado por el actor español Javier Bardem, ha establecido su cuartel general.

Sin embargo, a diferencia de la realidad, los habitantes de la película han abandonado la isla debido a una falsa contaminación. En la serie de docu-ficción Futuro sin hombres, la isla se ha utilizado repetidamente como referencia.

La isla también es el telón de fondo del último nivel del videojuego Killer7.

En la serie de manga, o forma de cómic, Get Backers, Hashima actúa como base secreta de operaciones de la Yakuza.

Desde finales de junio de 2013, parte de la isla se puede visitar a través de Google Street View.

Recientemente la isla ha vuelto a copar las portadas de blogs y redes sociales, sobre todo en Asia, por la película coreana que la sitúa como protagonista de la trama.

Se trata del film Battleship Island del año 2017 cuenta uno de los episodios más oscuros de la zona: el trabajo esclavo al que fueron sometidos ciudadanos coreanos en Hashima.

Battleship Island

Siendo solo accesible a pocos y con una imagen que asombra a todo el que la contempla, Hashima tiene merecido el apodo de “isla fantasma”, que describe perfectamente esta área deshabitada.