En vista de las situaciones que se afrontaron en la pequeña isla de Poveglia se le conoce en el mundo como la isla maldita debido a que fue, por mucho tiempo, sitio de reclusión de personas contagiadas y de enfermos mentales. Entérate en este post de su historia y por qué tuvo que ser aislada del mundo.
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¿Dónde se encuentra la isla de Poveglia?
Poveglia es una pequeña isla con una superficie de 0,0725 km², que se localiza entre las islas más grandes de Venecia y Lido, en la Laguna de Venecia, al norte de Italia.
Su minúsculo territorio está a su vez dividido en dos partes por el pequeño Canal Orfano. También puedes leer Ciudades de Italia poco conocidas con información de otros sitios insólitos de Italia.
A pesar de ser un lugar tan pequeño, que podría pasar inadvertido, la isla de Poveglia ha sido, sin embargo, centro de atención por haber sido afectada durante siglos por varias catástrofes, entre guerras, trágicos accidentes y epidemias.
Tales circunstancias han llenado al sitio de misterio, horror y muerte, que incluso muchos la mencionan como lugar de brujas y zombies, generándose supersticiones acerca de los sucesos allí ocurridos, lo que han hecho de este pequeño rincón un lugar maldito.
Aún hoy la visita a la isla de Poveglia sigue estando prohibida, motivo por el cual los mismos venecianos la llaman “la isla del no retorno”. Para saber más de Italia, entra en el post Nesso un lugar también interesante.
El oleaje que se produce cerca de la isla de Poveglia no es violento, sin embargo, en ocasiones es suficientemente fuerte como para arrastrar aún hoy hacia las costas vecinas restos humanos carbonizados de personas que estaban recluidas en la isla.
Historia de la isla de Poveglia
En la antigüedad se llamaba Popilia, nombre que se cree se debía a dos razones: la primera por el bosque de rica vegetación en álamos, cuyo nombre en latín es populus, o, la segunda, por estar próxima a la llamada vía Popilia, en Annia, construida por mandato del cónsul Publio Popilio Lenas.
Sin embargo, en los mapas del siglo XV, se le señaló con la denominación Poveggia.
En la historia de la isla se habla de que en los siglos V y VI sirvió de refugio para los habitantes que huían de las poblaciones de Padua y de Este, en vista de la desolación estaba ocasionando la invasión longobarda, el pueblo germánico que se venía expandiendo desde el norte de Europa, destruyendo regiones.
No obstante, siglos más tarde, la isla se pudo recuperar y tuvo un crecimiento constante, y su importancia tan grande que se formó allí un burgo como uno de tantos asentamientos urbanos que comenzaron a aparecer en Europa tras la apertura comercial que ocurrió a fines del Medioevo.
Se erigió un castillo fortificado, que sirvió a la resistencia del ducado de Venecia cuando fue invadido entre 809 y 810 por los francos procedentes de regiones germanas.
Este nuevo burgo concedió a los habitantes de la isla privilegios como no tener que pagar impuestos, ni cumplir con el servicio militar y tampoco ser remeros en las galeras.
Con el devenir de los años se fueron asentados núcleos familiares, lo que con el tiempo permitió que la isla de Poveglia se convirtiera en un centro próspero, tanto económica como demográficamente.
Se dedicaron a la pesca y la salazón y en el entorno religioso, se unieron a la iglesia parroquial de San Vitale en la provincia de Rávena.
En Poveglia se estableció un podestá o primer magistrado encargado de las ciudades del centro y norte de Italia, lo que contribuyó a la prosperidad de la isla.
Sin embargo, comenzó el debilitamiento de Poveglia cuando se desató la cruenta guerra de Chioggia acontecida entre la República de Génova y la de Venecia entre los años 1376 y 1381, que luchaban por el control de la isla de Ténedos en el Mar Egeo y de la zona en general.
Esta guerra fue llamada por el nombre de la población de Chioggia, en el otro extremo de la laguna de Venecia, en donde las huestes de Padua y Génova se enfrentaban por tener el control de Venecia.
Poveglia se vio afectada porque los contendores tenían cada objetivos para implantar en la isla su poderío y controlar el comercio mediterráneo que se hacía durante la Edad Media.
Aun cuando ya existía la fortificación del octágano de Poveglia, la isla fue, no obstante, ocupada por los genoveses y allí bombardearon el monasterio de Santo Spirito.
Cuando terminó la contienda, la isla quedó totalmente devastada y su número de habitantes disminuyó a unas cuantas decenas.
Los pocos supervivientes volvieron a la actividad pesquera, creando una propia cofradía.
La República de Venecia, conocida, entonces, como la Serenissima buscó recuperarla ofreciéndola a la Orden de la Camáldula, orden religiosa monacal de la Iglesia católica, pero no se aprobó tal solicitud.
Asimismo, se le ofreció en 1661 a los descendientes de los antiguos habitantes, lo que tampoco fue aceptado.
Tiempo después se acordó, en vista de su cercanía al puerto de Malamocco, que era la única vía de acceso a la laguna para grandes embarcaciones, usarla como depósito de aparejos navales y equipos de a bordo.
Más tarde, en 1792 se orientaron sus funciones hacia fines médico-sanitarios, asignados al Magistrado de Salud, aprovechando sus estructuras como lazareto o recinto sanitario para la observación y tratamiento de desinfección de personas potenciales portadoras de enfermedades contagiosas y, si era necesario, como hospital.
Sucedió que en 1793 y 1798, atracaron allí dos barcos cuyas tripulaciones sufrían de las últimas manifestaciones de la peste que estaban azotando a la región de Venecia.
La isla sirvió como estación para la cuarentena, condición que perduró durante todo el siglo XIX hasta el segundo período de posguerra.
Además, en las últimas décadas del siglo se emplearon las edificaciones como casa de convalencia geriátrica, lo que se mantuvo hasta 1968, cuando cesó definitivamente este uso, cediéndose la isla en propiedad al estado.
Igualmente, sirvió de albergue de enfermos mentales, en virtud de la decisión oficial de que se enviarán a esta isla este tipo de pacientes, motivo por el cual hubo que construir un hospital.
Por un tiempo se asignó la tierra a un agricultor para que la trabajara, pero los edificios se han ido deteriorando paulatinamente por el desuso. Se propusieron varios proyectos para su recuperación, pero ninguno se ha concretado debidamente.
Se presentó una propuesta en 1997 de parte del Centro de Turismo para Estudiantes y Jóvenes, proponiendo un plan para implantar un albergue juvenil. No obstante, en 1999, como resultado de la revisión de territorios de la zona, el Departamento del Tesoro de la república no contempló a Poveglia dentro de estos activos que serían vendidos a particulares, pasando de nuevo a la jurisdicción estatal.
Desde 2003, Poveglia se estableció como una propiedad mancomunada del Ayuntamiento de Venecia y la Agencia del Demanio, siendo administrada por el spa Arsenale di Venezia, que es un centro de hidroterapia, que ofrece tratamientos, terapias o sistemas de relajación, lo que se mantuvo poco tiempo.
En 2013, la isla fue puesta en venta junto con la de San Giacomo en Paludo, para remodelarlas con fines turísticos.
Por tal motivo, se le incluyó el 6 de marzo de 2014 en una nueva lista de activos de la Agencia de Propiedad del Estado para una subasta fundamentada en la conveniencia económica que se obtendría, dependiendo de la evaluación que debía hacer una comisión establecida para dicho propósito.
De hecho, en abril de 2014, se registró una asociación sin fines de lucro que se denominó “Poveglia – Poveglia para todos”.
A través de esta asociación se presentaba la licitación pública para obtener la posesión de la isla por 99 años y permitir su uso público.
La mejor oferta se obtuvo de Luigi Brugnaro, propietario de la organización Umana, quien el 13 de mayo de 2014, día de la invitación pública, ofertó 513.000 euros.
No obstante, el Comité de Propiedad del Estado calificó de inapropiada la oferta por lo que no la aceptó, razón por lo cual el empresario presentó su queja al Tribunal Administrativo Regional.
La peste bubónica
El nombre de esta patología se debe a que los nódulos o ganglios linfáticos, también llamados bubones, se hinchan por la infección que produce la bacteria Yersinia pestis desde la primera semana de haberse infectado.
Debido a la bacteria, se inflaman, por lo general, los ganglios de la ingle, la axila o el cuello.
Históricamente se la ha llamado también “peste negra”, debido a que ocasionaba gangrena en ciertas partes del cuerpo, oscureciendo la piel, como la de los dedos de las manos y los pies.
Fue una epidemia que causó la muerte de cerca de un cuarto de la población europea de comienzos del Renacimiento en el siglo XIV.
Esta terrible enfermedad diezmó a los habitantes de toda la región central y sur del área europea. En específico en Italia se expandió por casi todo el territorio, llegando a Venecia donde constituyó en uno de los más grandes focos de infección.
En las calles de diversas regiones era común observar tal cantidad de cadáveres que con el paso de los días se iban apilando en forma de montañas.
Ciertamente, Venecia fue uno de los grandes focos de infección por ser sitio de paso de numerosos mercaderes marítimos que llegaban contagiados desde otras costas a vender sus mercancías.
Además, las aguas contaminadas del lugar y la humedad reinante agravaban la situación.
La historia de Poveglia con respecto a la peste se inició durante la etapa romana, cuando se decidió usar la isla para cremar a los muertos por la epidemia y aislar de la población a cientos de personas que se habían contagiado de esta plaga en tierra firme y en la isla de Venecia.
Aparte de todos los factores de riesgo, el tener tantos cadáveres apilados en pueblos y aldeas suponía un mayor contagio de personas, por lo que las autoridades decidieron que la mejor opción era trasladar los cuerpos a sitios alejados y aislados, presentándose como primera alternativa la isla de Poveglia.
Fue tal la mortandad originada que se debían incinerar cientos de cadáveres en enormes fosas, pues no había capacidad en el cementerio para enterrarlos, de manera, tal que toda la isla sirvió como cementerio total para miles de personas, convirtiéndose en lugar donde la muerte y desesperación podían percibirse el ambiente.
En los archivos de la época de Poveglia quedaron registros de la gran cantidad de cadáveres cremados, cuyos restos en ocasiones terminaban en el mar.
Para atender a los enfermos, doctores, personal de enfermería y de mantenimiento y servicio debían usar unas singulares máscaras de protección, que fueron ideadas para no infectarse.
En virtud de que en esa época se pensaba que la enfermedad se contagiaba por vía aérea penetrando los poros de la piel, estas máscaras fueron ideadas para cubrir toda la cabeza y tenían unos picos que rellenaban con plantas aromáticas para disminuir los olores nauseabundos.
Se estiman que más de un millón de personas murieron en Poveglia en virtud de la peste.
Además de trasladar los cuerpos de los muertos a la isla, las autoridades médicas y civiles también tomaron las medidas de enviar a la isla de Poveglia a las personas que presentaran síntomas de la peste o que fuesen sospechosos de tenerla.
Éstos eran sacados de sus núcleos familiares, llevados a la isla de Poveglia y enclaustrados allí, lo que significó la muerte segura para ellos por la insalubridad, la soledad y con miles de cadáveres en su derredor.
Por esta decisión, fueron exiliados mujeres, hombres y niños aún vivos y olvidados en aquella tierra llena de cadáveres. Los registros reportan que en pocos años se contaron más de 160 mil que acabaron sus días en Poveglia.
La deficiente condición física debido a la poca y mala alimentación, hacía muy lamentable el aspecto físico de estas personas que en ocasiones eran confundidos con los muertos, por lo que eran arrojados con vida a las fosas de incineración.
A medida que las personas iban muriendo con el transcurrir de los años, la isla fue quedando completamente desolada.
Con el pasar del tiempo se ido olvidando este tenebroso lugar al punto de que actualmente la visita a la isla aún está totalmente restringida.
El hospital psiquiátrico
En el siglo XX, hasta el segundo período de posguerra, por decisión gubernamental se ordenó idear planes para recuperar los terrenos abandonados de Poveglia y poder darles utilidad.
Por esta razón se aprobó la moción de instalar en esas tierras un hospital psiquiátrico para atender casos graves de esta patología.
Específicamente en el año 1922 se construyó el hospital con un gran campanario que se podía observar y escuchar desde cualquier punto de la isla.
Apenas se hubo instalado este recinto, enfermos mentales, psicópatas, asesinos, fueron recluidos en la isla bajo la supervisión de un personal médico específico para este tipo de enfermedades.
Según las leyendas que surgieron en la época, se habla de que, por la falta de vigilancia o de autoridades en la isla, el director asignado, quien tenía tendencias sádicas, lo llevaron a experimentar nuevas técnicas de cura en los pacientes.
Para realizar dichos ensayos, los llevaba a la torre del reloj y allí les practicaba lobotomías y trepanaciones del cerebro, así como todo tipo de torturas, empleando instrumentos rudimentarios como cinceles, martillos y taladros de mano, que obviamente ocasionaban la muerte.
Los gritos de dolor y lamentos de los pacientes se oían en todo el perímetro de la isla.
No se sabe con certeza por qué después de un tiempo el mismo director murió lanzándose desde la torre del reloj.
Unos dicen que los fantasmas de los pacientes torturados que vivían en Poveglia mataron al director o bien se metieron en su mente hasta volverlo loco, llevándolo a acabar con su vida.
Después de este tenebroso hecho, el sanatorio fue cerrado por las autoridades y la isla volvió a quedar vacía, al prohibirse la entrada a la misma, aun cuando hay personas que aseguran escuchar las campanas de la torre, voces y gritos de ultratumba y apariciones en las costas de Poveglia.
No obstante, se han reportado casos de gente osada que burla la vigilancia costera y han desembarcado para explorar la isla. Los que han entrado revelan que no volverán nunca más por la tensa calma que existe en el lugar, por el deterioro total y la desolación que llena de temor al percibir sensaciones y sombras como si se tiene a alguien sin poder verlo, pero sí sentirlo.
Por otra parte, se han encontrado evidencias de muchas de las personas inocentes aun cuerdas, y no enfermas con la peste que terminaron en Poveglia, que pedían con desesperación irse de ahí, pues aseguraban que veían a los fantasmas de las víctimas de la peste y escuchaban los lamentos de sus espíritus atormentados por el sufrimiento, pero, por su condición de enfermo mental, nadie les creyó.
Otras leyendas han surgido en torno a la misteriosa y enigmática situación de la isla. Los pacientes contaban que por las noches los espectros y las almas de las muertos tocaban las campanas de la iglesia a medianoche.
El hecho de haberse utilizado como lazareto ha dado lugar a que se active el imaginario popular en el que se han creado historias de, por ejemplo, la aparición de fantasmas de marineros, que habrían muerto por la peste bubónica, al igual de personas que habrían sido quemadas vivas en las piras crematorias durante las epidemias.
Son varias las leyendas, algunas fantasiosas, otras sustentadas en las pocas evidencias escritas o fotográficas que se tienen de la isla, sobre todo en otros idiomas como español o inglés, ya que en italiano es poco lo que se ha podido encontrar y recopilar, lo que resulta bastante peculiar, curioso y muy extraño.
De manera tal que si se desea obtener información más detallada sobre Poveglia se debe hacer la búsqueda en los archivos con palabras como ghost island o “isla de los muertos”.
Por tanto y atroces acontecimientos, la isla de Poveglia ha sido señalada por algunos como una “isla maldita”, según lo revelan las dolorosas lamentaciones de los pacientes que fallecieron en el hospital que noche a noche se escucharían.
En esta inquietante historia de Poveglia se confunde la realidad con la ficción, siendo muy difícil separar lo que es verdad y que ocurrió realmente con la fantasía.
Se dice, igualmente, que es muy probable que en su suelo y en las aguas circundantes queden todavía miles de huesos humanos como evidencia de las atrocidades allí cometidas.
El ente gubernamental o el ayuntamiento de Venecia han estado en la búsqueda de propuestas para recuperar la isla en formas distintas, pero hasta los momentos ha sido en vano.
Aun cuando aún hoy existen restricciones para entrar a la isla, se han podido obtener fotos que revelan la situación de soledad y abandono que impera en el lugar que sirvió para dar muerte a inocentes.
La isla de Poveglia fue por mucho tiempo propiedad del gobierno de Italia. Posteriormente, fue vendida a un empresario que finalmente terminó abandonándola en la década de los 60, sin haber hecho ningún cambio a la situación de la misma.
En la actualidad, la familia adinerada que compró la isla solo la utiliza para plantar sus viñedos, desde la lejanía, enviando a sus trabajadores, pero solo durante el día.
Estos propietarios solo la habitaron durante un día en el que fueron testigos de un suceso sumamente extraño, que nunca quisieron revelar, pero del que su hija salió herida.
La isla también ha tenido como invitados a investigadores de lo paranormal, que han vivido los sucesos de la isla durante una noche, en la que lo pasaron muy mal.
La isla de Poveglia fue un depósito de muertos y moribundos tan grande que se asevera que el 50% de su suelo está compuesto cenizas y restos humanos que a veces aún suelen llegar a las costas de Venecia.