Los principales centros de arte rupestre son las cuevas, son muchas las razones pero las primordiales son que en principio las cuevas eran refugios del hombre prehistórico y en estos lugares se conservaban mejor estas obras. La Cueva de la Pasiega es considerado uno de los centros de arte rupestre de España y a continuación hablaremos de ello.
Tabla de contenido
¿Cómo es la Cueva de La Pasiega?
La cueva de La Pasiega se encuentra en el municipio español de Puente Viesgo, siendo esta una de los centros más importantes de arte paleolítico de Cantabria. Esta cueva está incluida en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco desde julio del año 2.008 dentro del sitio de la “Cueva de Altamira y arte rupestre paleolítico del norte de España”.
Puntualmente, la Cueva de la Pasiega se localiza en medio del valle del río Pas, cerca de la cueva de Hornos de la Peña en el monte Castillo. El monte Castillo alberga las cuevas de Las Monedas, las Chimeneas y la Cueva de El Castillo.
Las cuevas del Monte Castillo conforman un conjunto bastante completo desde el punto de vista cultural de la Edad de Piedra así como también dese lo artístico. La Cueva de la Pasiega es en sí una galería de hasta unos 120 metros de longitud los cuales discurren paralelamente a la ladera del monte.
De esta ladera sobresalen a la superficie por seis lugares diferentes que son seis pequeñas bocas las cuales están obstruidas pero se han ido remodelando para que funciones como entrada para los visitantes. La galería principal de la Cueva de la Pasiega consta de unos 60 metros y sirve como apertura a galerías secundarias más profundas y laberínticas que, suelen ensancharse a modo de salas.
Gracias a los documentados que se tienen, se ha enmarcado a la Cueva de la Pasiega en la época del Solutrense Superior y del Magdaleniense Inferior, aunque también se han encontrado objetos previos a estas épocas históricas. En esta cueva se destacan las representaciones de caballos, ciervos y de bisontes o bueyes. También se han encontrado signos abstractos que se les denomina como ideomorfos.
Galería A
Para llegar a la Galería A es necesario descender por un pequeño pozo, aunque se piensa que originalmente debió tener otra entrada la cual están obstruida por estalactitas o bien por derrumbes en el exterior.
El recorrido de la galería es de una profundidad de unos 95 metros desde la entrada actual, a medida que se avanza se va haciendo más estrecha hasta que llega un punto en el cual no es posible saber si continúa esta sala o no. Mientras avanzamos, a la derecha queda una entrada obstruida de entre unos 60 o 70 metros de profundidad que parece ser una conexión con la Galería B.
A 75 metros de haber comenzado el recorrido, se encuentra la imagen de más de 50 ciervos, en su mayoría son hembras, caballos que representan cerca de la mitad de la cantidad de ciervos y también uros y bisontes que destacan ser los más escasos pero ubicados en sitios estratégicos para que sean más visibles.
En este santuario también se han encontrado pinturas antropomorfas como las de una vulva, además de signos lineales y puntiformes, un cuadrado y una gran cantidad de imágenes tectiformes. Este conjunto de pinturas pueden agruparse en varios grupos tomando en consideración criterios orográficos, técnicos y temáticos que se van detallando en un recorrido que sigue las agujas del reloj.
Primer Grupo
El primer gran grupo de pinturas se encuentra en la pared izquierda de la galería, este grupo comprende figuras que están distribuidas en forma de doble friso con una gran cantidad de numerosos ciervos, sobre todo hembras. También podemos apreciar bastantes caballos y un bisonte el cual es el punto central de esta composición. Por otro lado se pueden ver algunos signos como la vulva y una vara lo que asemeja el género femenino o el masculino.
Este conjunto inicia con el tema Bisonte-Caballos los cuales pueden interpretarse como el mismo tipo de dualidad. El conjunto culmina con un pequeño grupo de caballos por lo que el resto de los animales quedan en el centro de la puntura y en la parte superior se ubican los ciervos hembras y los ideomorfos.
Las técnicas que encontramos en la realización de este primer grupo sobresale el tamponado para el dibujo de las ciervas y del bisonte, el trazo lineal y el uso de tintas planas parciales sólo para la cabeza de alguna que otra cierva. El color que predomina en estas obras es el rojo pero también encontramos el amarillo y el violeta, no se aprecia el grabado en ninguno de los dibujos.
Segundo Grupo
En lo que respecta al segundo grupo de obras, estas se encuentran a la izquierda del primer grupo, al final de la galería que se va estrechando a medida que avanzamos. Esta estrechez ha permitido que se unan figuras de un lado y del otro.
En este caso, los caballos y los ciervos están igualados en cantidad, tendencia que se mantiene dentro de la Cueva de la Pasiega. Por otro lado, son más escasos los bisontes siendo un total de dos ejemplares de esta especie. Es posible que dentro de este grupo se encuentre un dibujo antropomorfo femenino y treinta dibujos tectiformes.
Los bisontes están concentrados en la parte derecha de esta composición, están acompañados de tres de los caballos conformando así formando el núcleo de disposición dialéctica binaria que compone a este segundo grupo. Debemos mencionar que en este grupo se incluyen el antropomorfo y los ciervos e ideomorfos característicos de estas composiciones.
En la pared izquierda, junto a más ciervos encontraremos cinco caballos más los cuales estén relacionados de forma binaria con los bisontes que están en el primer grupo de imágenes. Al fondo de la esta galería se comienza a estrechar el hasta llegar a un área similar a un divertículo donde encontraremos otro grupo de imágenes.
La organización de este grupo es bastante clara, las pinturas del grupo uno y del grupo dos parecen enfrentarse. De un lado el bisonte con varios ciervos y signos ideomorfos, del otro lado los caballos que se relacionan con los bisontes acompañados de los otros ciervos y signos ideomórficos. En las pinturas del segundo grupo predomina el trazo baboso que es modelado con color rojo.
Tercer Grupo
El tercer grupo de imágenes se encuentra en un crestón estalactítico el cual cuelga de la de la cueva. A esta conformación se le denomina como espeleología bandera. Este grupo se sitúa entre el primer grupo y el cuarto grupo.
A pesar de estar cerca de estos grupos, tienen una técnica diferente lo que hace pensar que estas imágenes fueron elaboradas en fechas diferentes. El tercer grupo se compone de una decena de ciervos hembras, caballos, y dos bisontes así como también un signo cuadrangular.
Si caminas desde la entrada, observaras primero la mayoría de las ciervas seguidas de una relación entre los caballos y bisontes los cuales se posicionan debajo del signo cuadrangular en conjunto con otras ciervas.
La técnica que más resalta en este grupo tanto por su calidad como por su cantidad es la tinta plana. Esta técnica está acompañada de trazos negros que forman un contorno a modo de bicromía, esta técnica permite que los trazos grabados resalten aun más.
También se puede apreciar un raspado en la roca el cual añade matices claro oscuros como lo es en el caso de una cierva pintada en rojo. Tres de los caballos de este grupo caballos son negros, el signo cuadrangular es amarillo y el resto de las figuras están pintadas de rojo.
Cuarto Grupo
El cuarto y último gran grupo de la galería A está situado frente al tercer grupo y en muy estrecha relación con dicho grupo. En este grupo cuatro podemos apreciar un número similar de ciervos y caballos acompañados de un par de bisontes. Dentro de los diversos signos destaca un ideomorfo en forma de mano que son similares a los de la Cueva de Santián, también se aprecia un signo rojo el cual se cree que es una cabeza grande de bisonte.
En el centro de esta composición encontraremos un caballo y un bisonte los cuales están en asociación binaria. Un de los extremos de esta composición posee un bisonte y en el extremo opuesto podemos ver a otro grupo de caballos. En este grupo predomina el trazo baboso modelado en color rojo.
Galería B
Una vez que nos adentramos en la Galería A, 60 a 70 metros a la derecha encontraremos un conducto que nos guiará a la sala de la Galería B. Esta galería es uno de los lugares más lejanos de la entrada actual.
La concentración pictórica de esta sala es menor a la que encontramos en la Galería A. Dentro de sus representaciones encontraremos una cantidad muy similar de ciervos y de caballos, son bastante escasos los bisontes los cuales al igual que en la Galería A tienen una asociación binaria con los caballos.
Ahora bien, el atractivo del Grupo B es la originalidad puesto que podemos encontrar figuras inéditas como la de un pez, una gran cabra e ideomorfos como bastoncillos, claviformes y un pequeño conjunto de signos inéditos que se les conoce como “La Inscripción”.
En la entrada a la Galería B encontraremos un grabado de una pequeña cierva acompañada de signos tipo alfa o masculinos, denominación dada por el arqueólogo francés Leroi-Gourhan. Estos signos alfa se pueden encontrar a ambos lados de la galería. A medida que nos vamos adentrando, podemos encontrar en la derecha una imagen que asemeja un pez, seguido de un un gran ciervo macho acompañado de una pequeña cierva, ambos ciervos están pintados de negro.
Antes de llegar al centro de la gran sala, encontramos otros signos ambos lados, pero en este caso son signos Beta o femeninos pintados en color rojo. El centro de esta galería lo componen tres grupos de imágenes donde se repite el esquema de bisontes y caballos el cual es complementado con animales secundarios.
Hay otros tres paneles secundarios en los que sólo se pueden apreciar caballos, varios de estos están en las mismas columnas estalagmitas mientras que otros están pasmados en las paredes.
Por otro lado, en la gran sala de la galería podemos destacar la mano en positivo no mutilada, y con seis dedos, un hecho sumamente curioso y aún sin explicación por parte de expertos. Otro signo que se aprecia es uno con forma de parrilla, algún animal el cual aún no ha sido identificado, un grabado en forma de estrías estriado y la única cabra macho en toda a sala.
Las técnicas empleadas para estas pinturas son similares a las del la Galería A, predomina la técnica babosa con modelado en puntura roja. Se añaden a estas obras un modelado interno el cual se consiguió con el raspado de la roca-soporte al cual se le añadieron trazos igualmente rojos pero aún más intensos.
Una diferencia que resalta sobre la Galería A es la aparición de forma masiva del grabado, bien sea un grabado simple o estriado. Este grabado es aplicado especialmente a los caballos.
Galería C
El acceso a la Galería C se encuentra justo al lado de la entrada a la Cueva de la Pasiega, al lado izquierdo por un paso que atraviesa la Galería D. La Galería C destaca por tener comunicación de forma directa con el exterior, sin embargo, dicha comunicación se encuentra obstruida.
Leroi-Gourhan logró distinguir dos partes claras en este santuario las cuales están colocadas en un lugar diferente dentro de la misma sala. Además estas partes tienen una temática, técnica e incluso cronología diferente una de la otra.
Un hecho sumamente curioso dentro de estas imágenes son las cabras que quedan marcadas en el primer grupo de imágenes. Dichas cabras están acompañadas del número 67, fueron realizadas con tinta plana parcial a modo de modelado y con el color negro. Este es un procedimiento que no se aprecia en ninguna de las otras figuras de la sala.
Primer Grupo
El primer gran conjunto de imágenes es el que se encuentra más cercano al antiguo acceso a la sala. En este grupo se encuentran primordialmente ciervas, uno que otro ciervo, varios bisontes y un par de caballos. Por otro lado se aprecian una cabra y símbolos que han sido difíciles de identificar.
Muchos de estos símbolos identificables parecen animales, otros son semejantes a antropomorfos, también hay una mano en positivo hecha en color negro, puntuaciones, bastoncillos y otros ideomorfos de los cuales destaca uno que se le conoce como “Trampa”. La trampa es una especie de columna la cual encierra dentro de un signo a un bisonte y a una cierva.
En este grupo de figuras predomina de forma clara el trazo rojo baboso, sin embargo en uno de los paneles se aprecian algunas ciervas hechas en grabado estriado y además varias figuras en negro. La bicromía se puede apreciar en uno de los bisontes el cual está hecho de tintas planas rojas y trazos negros siendo este último considerado como un repintado de una cronología diferente.
La presunta figura antropomorfa que se encuentra en este grupo parece estar pintada en tres colores. En esta figura se usa la combinación de colores poco frecuentes que son el rojo, negro y el amarillo.
Segundo Grupo
El segundo grupo de imágenes de la Galería C se encuentra cercano al ingreso a la Galería D. Las especies que podemos ver son caballos, bisontes y en una menor medida ciervos y cabras. En lo que respecta a los signos, se pueden apreciar los claviformes y plumiformes además de algunos bastoncillos y puntuaciones.
La menor cantidad de ciervos en este conjunto es sumamente curioso puesto que en otras partes de la Cueva de la Pasiega son bastante abundantes, incluso superiores a la cantidad de caballos.
Por otro lado, el orden de estas imágenes es complejo pueto que todos los ideomorfos están en la parte más próxima cercana a la galería D. Por otro lado sobre estas imágenes se pueden ver superposiciones que son signos claros de repintes de probablemente diferentes cronologías.
Existen además tres posibles subconjuntos de caballos los cuales no se complementan con bisontes, rompiendo de esta manera el esquema que se apreciaba en las galerías A y B. Se pueden apreciar diversas figuras aisladas, sobre todo a medida que nos apróximamos a la entrada de la Galería D.
Las técnicas que predominan en este grupo de imágenes es el grabado de trazo múltiple el cual podría ser confundido con un grabado estriado y el predominio de la pintura negra dejando de lado el rojo y el amarillo.
Al igual que en el primer grupo, se puede apreciar una bicromía en una de las representaciones sin embargo esta no es tan destacada. En este caso la técnica es completamente diferente a la empleada en el primer grupo por lo que se puede hacer una distinción entre ambas.
Galería D
La Galería D es catalogada como una parte intermedia de la cueva, se piensa que incluso podría ser una extensión de la Galería C. Esta galería es escasa y dispersa en lo que a representaciones se refiere. Por otro lado no existe coherencia alguna entre sus figuras salvo unos pequeños conjuntos donde se aprecia la dualidad bisonte y caballo.
Historia de la Cueva de La Pasiega
El descubrimiento científico de la cueva de La Pasiega se dio gracias a los paleontólogos francés y alemán Paul Wernert y Hugo Obermaier respectivamente. Fueron ellos los responsables de las excavaciones en la cueva de El Castillo en el año 1.911.
Estos paleontólogos recibieron la noticia de que sus obreros conocían de una cavidad cercana que los lugareños conocían como “La Pasiega”, de forma inmediata fueron a investigar la gruta y observaron que poseía pinturas rupestres.
Tiempo después, el abate Breuil, Obermaier y el señor Hermilio Alcalde del Río iniciaron un estudio sistemático en torno a La Pasiega. Dicho estudio no pudo ser concluido pero decidieron realizar una monografía la cual sería publicada en el año 1913.
Un hecho bastante curioso es que la cueva de El Castillo había sido descubierta por Alcalde del Río en el año 1.903. Ahora bien, en un escrito de Obermaier se pudo conocer que se realizarían excavaciones científicas entre los años 1910 y 1914 las cuales serían continuadas de forma intermitente entre estos años.
Luego del descubrimiento de la Cueva de La Pasiega, la zona pasaría a ser poco frecuentada, se piensa que las complejas circunstancias históricas de España llevaron a que se disminuyera la cantidad de visitantes a este lugar.
No sería sino hasta el año 1.952 cuando se hacía una roza para replantar eucaliptos, se encontraría una cueva con un pequeño tesoro de monedas que databan del siglo XVI. Este descubrimiento sería bautizado como la Cueva de «Las Monedas». No sólo el tesoro era lo más valioso del lugar sino que también resultó ser un santuario de arte rupestre con importantes pinturas y grabados.
El descubrimiento de la Cueva de las Monedas no sólo incrementó la afluencia de personas en mucho tiempo sino que llamó la atención de estudiosos. Entre ellos el ingeniero Alfredo García Lorenzo quien tenía la sensación de que el monte Castillo guardaba aun más secretos, por lo que inicia una prospección geológica la cual tuvo como resultado el descubrimiento de la cueva de “Las Chimeneas”.
Todos estos hallazgos no solo atrajeron El interés de turistas locales sino también de expertos quienes ayudaron no sólo a comprender sino conocer muchas de las informaciones que contenían estas cuevas, destacando sobre ellas la de la Cueva de la Pasiega.
Cultura Solutrense
La cultura solutrense representa una transición entre el Gravetiense y el Magdaleniense. El desarrollo de esta cultura fue principalmente en Europa Occidental, sobre todo en la península ibérica y en Francia. El nombre de esta cultura proviene del descubrimiento de los yacimientos en “Crôt du Charnier en Solutré” ubicado en el distrito Mâcon, en el departamento de Saona y Loira ubicado al este de Francia.
Esta cultura se puede enmarcar en el Paleolítico Superior Medio, durante esta fase se llevaron a cabo una serie de avances técnicos que rompieron los esquemas de la cultura previa y se propagaron rápidamente por todo el continente.
Tanto en la cultura Gravetiense como en la Solutrense se desarrollaron nuevas formas de colocar mangos a las herramientas y también de utilización de las herramientas. Estas nuevas formas sobrevivieron lo que resto del Paleolítico Superior y llegaron incluso al Mesolítico y en menor hasta el Neolítico.
Es importante mencionar que también durante esta cultura se desarrollo de forma bastante notable el arte teniendo sobre todo un gran auge el arte rupestre durante el transcurrir de la cultura Solutrense.
Esta cultura fue desarrollada por el Homo sapiens sapiens el cual a principios del Paleolítico Superior desplazaría de forma progresiva a los Neandertales como la especie dominante. Existen muchos escépticos en torno a la coexistencia de los Neandertales y del Homo sapiens sapiens pero se ha probado una etapa de coexistencia relativamente larga de aproximadamente unos 10.000 años.
Los Sapiens siguieron proliferando y acabaron por ocupar todo el planeta durante el Paleolítico Superior. Sin embargo, existen muchas opiniones en torno a la coexistencia entre estas dos especies, incluso existen teorías de que el Neandertal fue el desarrollador de la cultura solutrense aunque la teoría más aceptada por la comunidad científica es que fue el Homo sapiens sapiens quien desarrollo esta cultura.
Cultura Magdaleniense
Por su parte, la cultura Magdaleniense es una de las últimas culturas que se desarrollo durante el Paleolítico superior en Europa occidental. Esta cultura destaco por que rasgos de su explotación lítica y ósea. El nombre de esta cultura se debe a la cueva francesa “La Madeleine”.
La cultura Magdaleniense se extendió a lo largo del Würm IV teniendo así una secuencia alterna de clima frío y seco, con fresco y húmedo. Estos cambios llevaron a una modificación de los hábitos de caza y alimentación que repercutieron enormemente en la cultura siguiente que sería la Aziliense.
Esta cultura se extendió por Francia, Suiza, España y Alemania aproximadamente unos 15.000 años atrás y perduraron hasta hace 8.000 años. La cultura Magdaleniense tuvo una de sus obras más destacadas en la Península Ibérica, puntualmente en las cuevas de Altamira.
Es importante mencionar que la cultura magdaleniense es considerada como la primera civilización europea occidental. Esta categorización se debe a un aumento demográfico el cual sobrepaso los límites de su lugar originario y se extendió prácticamente por todo el continente europeo.
El motivo de su extensión fue la necesidad de buscar materia prima de buena calidad, por lo que muchas veces se desplazaron decenas de kilómetros. Por otro lado las oscilaciones del clima entre cálidas y frías y húmedas y secas tuvieron una gran influencia sobre la percepción en la fauna y la flora.
Un ejemplo de ello es que os magdalenienses las épocas templadas era usual apreciar a los caballos en las extensas praderas de gramíneas. Por su parte, en las épocas frías la especie predominante era el reno. Esto se puede apreciar con frecuencia en sus obras de pintura rupestre.
Se sabe que los magdalenienses enterraban a sus muertos, pero se conocen pocos lugares de sepulturas. Los lugares que se han encontrado han sido fosas comunes poco profundas. Por otro lado, se han encontrado campamentos al aire libre los cuales se organizaban en pequeñas tiendas, dicha teoría toma valor ya que determinados yacimientos acreditados a esta cultura son auténticas necrópolis.
Es importante destacar que esta cultura era caracterizada por la caza. Era muy buenos cazadores de caballos, por su parte los magdalenienses que habitaron el este de Europa se dedicaban a la cacería de mamuts.
Arte rupestre de la Cueva de La Pasiega
En la Cueva de la Pasiega podemos encontrar una gran cantidad de representaciones artísticas las cuales se distribuyen a lo largo de todas sus galerías. El denso de estas obras se concentra en los metros finales de la Galería A, no sólo se aprecian la mayor cantidad de obras sino también las más conservadas e importantes obras del arte rupestre paleolítico.
Las figuras de ciervas, ciervos, caballos, bisontes, renos y cabras son muy frecuentes en estas obras, sin dejar de lado los abundantes signos cuadrangulares los cuales fueron pintados en rojo y con poca frecuencia en negro. En estas obras se han representado cronologías de las culturas solutrenses y también magdalenienses.
Por su parte, la Galería B es la de mayor proporción en comparación con las otras y además es la que tiene más compartimentos. Además, posee sectores más aislados y diferenciados en los temas representados y en las técnicas empleadas. El estilo de la gran mayoría de las figuras pertenece al magdaleniense.
A penas ingresas a la entrada original la cual esta anegada, encontraras un grupo de y bisontes, caballos y alce, todas estas figuras están grabadas y además pintadas en rojo. En sus alrededores e incluso muchas veces superpuestos en las pinturas, se encuentran grabados de animales más pequeños. Al adentrarnos más en la Cueva de la Pasiega, encontraremos varios grupos de signos claviformes los cuales se denominan como “inscripción simbólica”.
En los corredores y salas marginales de la galería se encuentran varios conjuntos de animales grabados, predominan incluso sobre la pintura. Más al fondo de la Cueva de la Pasiega en los corredores que dan paso a las galerías A y D se realizaron dibujos de animales y de signos aislados para los cuales se emplearon diversas técnicas.
La zona anterior de la Galería C está cercana a una de las entradas primitivas que tiene la cueva de La Pasiega. Esta galería cuenta con representaciones de variados estilos y técnicas pero predomina la superposición de las figuras. Además de animales y de signos pintados en rojo, amarillo y violeta se ha documentado una amplia serie de animales que están grabados y pintados en negro y con signos claviformes en rojo.
Al fondo de esta sala de la Galería C se encuentra el conjunto más coherente el cual posee caballos, bisontes y cabras pintadas con un particular estilo magdaleniense. Al llegar a la Galería D se van haciendo más escasas las representaciones. En la Galería D encontraremos sectores con animales pintados o grabados en un estilo arcaico, un conjunto de signos cuadrangulares y además un grupo de ciervos grabados de estilo magdaleniense.
El inventario más actualizado es de los estudios desarrollados por César González Sainz y Rodrigo de Balbín Behrmann. En este inventario se recopilan más de 800 evidencias rupestres paleolíticas de las cuales 301 son figuras animales y el resto destacan abundantes signos abstractos.
Por otro lado, este inventario ha recopilado un gran número de manchas sin forma con coloración roja y con series de líneas grabadas o pintadas las cuales se distribuyen de forma muy irregular a lo largo de la Cueva de la Pasiega.
En lo que respecta a las representaciones de animales, en ellas predominan los caballos y los ciervos seguidos de cabras, bisontes y uros. Se destacan también 3 figuras antropomórficas, 3 figuras de renos y 1 de un pez. En total hay 42 cuadrúpedos que aún no han sido identificados.
Descubrimiento e investigaciones realizadas
La de la Pasiega fue descubierta en el año 1.911 por los paleontólogos Hugo Obermaier y Pauline Wernert. Posteriormente al estudio de esta cueva se incorporaría Hermilio Alcalde del Río.
En lo que respecta a sus estudios, es evidente pensar que todos ellos se orientan a las técnicas, materiales y significados de la pintura rupestre. La cueva de La Pasiega ofrece muchos ejemplos de superposiciones y de repintados los cuales permite abordar el punto de la cronología de estos dibujos. Por otro lado, la gran variedad de técnicas y colores empleados en estas obras hace pensar en una secuencia cronológica muy extensa que aun se estudia.
Autores de una monografía que fue realizada en el año 1.913 lograron establecer tres etapas cronológicas las cuales abarcaban prácticamente todo el desarrollo del arte paleolítico. Estas fases son dos principalmente auriñacienses, otra fase solutrense y un epígono de bícromos los cuales podrían ser del magdaleniense.
Posteriormente, el arqueólogo Henri Breuil quien fuese uno de los autores de la monografía de 1.9113 se dedico ampliar estas fases decorativas a once. Sin embargo, posterior a la ampliación de Breuil, el arqueólogo Leroi-Gourhan, propuso una cronología bastante general y mucho más practica que la de Breuil.
En la actualidad, debido al problema para aplicar un sistema que permita darle fecha a estas obras, se está demostrando que la clasificación propuesta por Leroi-Gourhan o inclusive cualquier datación de otros investigadores, carece de basamento científico por lo que están en tela de dudas.
Francisco Jordá Cerdá se encargo de revisar las cronologías propuestas para las obras de la Cueva de La Pasiega. En sus publicaciones más recientes, ubica a estas obres en un Ciclo Medio, es decir un punto entre Solutrense y el magdaleniense. Además aceptó las once fases propuestas por Breuil pero excluyendo rotundamente la decoración pueda ser auriñaciense.
La fase Solutrense del Ciclo Medio incluye las figuras que fueron pintadas en rojo, bien sea que posean trazos finos, anchos o baboso. También se incluyen en este periodo los grabados toscos, los caballos incompletos en color rojo algunos ideomorfos rectangulares y la llamada «Inscripción».
En lo que respecta a la fase Magdaleniense en las obras persisten contornos grabados arcaizantes pero con trazos múltiples y estriados en los caballos, sobre todo los de las galerías B y C, incluyendo también las ciervas de la Galería C. Por otro lado, las figuras pintadas podrían ser rojas, con trazo baboso o modelante incluyendo las figuras negras con trazos modelantes.
De esta fase, las obras más importantes son las tintas planas rojas que fueron tratadas con claroscuro modelante. Son catalogadas de importantes debido a que expresan mayor dinamismo, un punto de evolución en las pinturas pertenecientes a la fase Solutrense. Muchos autores coinciden en que estas figuras son las más evolucionadas de la Cueva de La Pasiega.
En lo que respecta a los bícromos, estos son escasos y su mayoría se tratan de correcciones posteriores hechas en un color diferente al de la figura original. De todas las obras de la Cueva de la Pasiega, sólo uno de los caballos de la Galería A perteneciente al grupo cuatro puede ser considerado como un bicromo.
Por su parte, los ideomorfos más abundantes son los cuadrangulares que poseen divisiones internas. Jordá sostenía que durante el Ciclo Medio desaparecieron las figuras antropomorfos sin embargo, la Cueva de la Pasiega posee uno sólo según estudios más recientes.
¿Cómo llegar a la Cueva de La Pasiega?
Para llegar a la Cueva de la Pasiega es necesario situarnos en la localidad de Puente Viesgo, desde allí tomaremos la carretera que nos lleva al Monte Castillo. Una vez que lleguemos al complejo, podemos acceder a pie hasta el lugar de las cuevas donde encontraremos la de La Pasiega.
En este artículo pudimos conocer sobre la Cueva de la Pasiega, considerado como uno de los hallazgos de arte rupestre más importantes de la era del Paleolítico. En esta cueva podemos apreciar cuatro cámaras que contienen relatos pasmados en pintura pertenecientes a las culturas Solutrense y Magdaleniense. Lo impresionante de este lugar no son sólo las cuevas que acompañan a la Pasiega sino la capacidad de nuestros antepasados de pasmar sus vivencias y que estas hayan perdurado en el tiempo. También te pueden interesar los siguientes artículos: